9.1. Las políticas Anti-vida de Clinton

Esta década hasta el final del milenio estuvo signada por dos elementos importantes: los dos gobiernos del presidente Clinton de los EE.UU. y las Conferencias de la ONU.
Desde que Hill Clinton accede en 1993 a la Casa Blanca, ha promovido las agresiones a la vida y a la dignidad humana, a una escala sin precedentes. El eje de su administración fue la promoción sistemática y científica, del más grosero desprecio por la vida humana y su dignidad, y la familia como institución natural, basada en el matrimonio heterosexual. Eliminó las trabas para financiar abortos dentro y fuera de EE.UU. con fondos federales, designó abortistas en los principales puestos de gobierno: desde la Corte Suprema de su país, hasta los cargos que tradicionalmente provee el presidente norteamericano, en la burocracia de la ONU. La presión para el control demográfico en los países menos desarrollados, fue ejercida sistemáticamente por los organismos multilaterales de crédito, con su anuencia. Su administración promovió por todos los medios el intento de despenalizar el aborto, la universalización del reparto gratuito de contraceptivos y una “educación” sexual hedonista, la imposición de unos supuestos “distintos tipos” de familia, y la promoción descarada de la homosexualidad y el lesbianismo.
Paralelamente, impulsada por la administración Clinton, la burocracia interna de la ONU, ejecutó una agenda muy similar y, a veces, incluso más radicalizada. La década prácticamente no tuvo año en que no se realizara una Gran Conferencia Mundial, y en todas ellas el gran “problema” a superar fue el supuesto exceso poblacional. Así pasaron las conferencias sobre Medio Ambiente (Río de Janeiro, 1992), Derechos Humanos (Viena, 1993), Población y Desarrollo (El Cairo, 1994), Desarrollo Social (Copenhague, 1995), la Mujer (Pekín, 1995), Habitat humano (Estambul, 1996), Río+5 (1997), El Cairo+5 (1999) y Pekín+5 (2000). En Viena se habló de los derechos de la mujer como si fueran independientes del resto de los humanos. En El Cairo se impusieron los términos ideológicos “salud sexual y reproductiva” y “derechos sexuales y reproductivos”. En Pekín la agenda fue imponer la ideología de género. Río, El Cairo y Pekín+5 buscaron revertir las derrotas parciales en las Conferencias originarias, intentando desnaturalizar los acuerdos de las mismas para imponer totalitariamente la agenda de Clinton y la ONU.
Desgraciadamente, no cabe duda que en esos años la cultura de la muerte realizó avances muy importantes, en especial en los campos de las mal denominadas “salud sexual y reproductiva”, “anticoncepción de emergencia”, la irrupción agresiva del movimiento homosexual, la despenalización de la eutanasia en algunos países europeos y, finalmente, la promoción de las esterilizaciones –voluntarias en algunos casos, y compulsivas en otros, en especial, bajo el régimen del expresidente del Perú Alberto Fujimori.

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