1.3. Los métodos para incrementar la mortalidad

En el apartado de obstáculos positivos al crecimiento de la población Malthus proponía aquellos elementos que aumentaban el número de muertes: el hambre, la miseria, las epidemias y las guerras. Además los elevaba al rango de fenómenos o leyes naturales, males necesarios y requeridos para limitar la población.
En opinión de Malthus el hambre permite a los pobres vencer la indolencia y dedicarse al trabajo y la industria.

“Los pobres saben muy poco acerca de los motivos que estimulan a las capas más altas de la sociedad a la acción: el orgullo, el honor y la ambición. En general, es únicamente el hambre la que puede estimular y atraerlos (a los pobres) al trabajo; sin embargo, nuestras leyes han establecido que ellos nunca padecerán hambre. El hambre no es solamente una presión sutil, sino que puede ser el motivo más natural para que la gente sea industriosa y trabajadora, y realice los esfuerzos más poderosos. El hambre doma a los animales más fieros; les enseña decencia y civismo, obediencia y sujeción a los brutos, a los más obstinados y a los más perversos. Ciertamente, es una queja generalizada de los granjeros que sus hombres no trabajan tan bien cuando están satisfechos y no tienen hambre”. Thomas Malthus

Otra acción que permitiría al Estado controlar la población y facilitar la mortandad de los “indeseables” es la enfermedad y la epidemia. En ese sentido Malthus siempre lamentó el descubrimiento de la vacuna de la viruela por Mary Montagu y Edgard Jenner, ya que permitía la supervivencia de aquellos que la naturaleza había destinado previamente a desaparecer. Por ello propondrá diversas medidas que el gobierno debía llevar en cuestiones de higiene para desalentar a las clases pobres a tener descendencia.

“De manera que, para ser consecuentes, deberíamos facilitar, en vez de procurar impedirlas incesantemente, las operaciones de la naturaleza para producir esa mortalidad; y si nos causa horror la aparición demasiado frecuente del hambre mortal, debemos fomentar las otras formas de destrucción que nosotros mismos obligamos a la naturaleza a emplear. En vez de recomendarles limpieza a los pobres, hemos de aconsejarles lo contrario. En nuestras ciudades haremos más estrechas las calles, meteremos más gente en las casas y trataremos de provocar la reaparición de una epidemia. En el campo, construiremos nuestras aldeas junto a lagos pútridos y estimularemos la formación de poblados en los terrenos pantanosos e insalubres. Sobre todo, impediremos la cura de enfermedades, que creen hacerle un gran beneficio a la humanidad estudiando la manera de extirpar para siempre ciertas enfermedades, merecen nuestra reprobación”. Thomas Malthus

Malthus consideraba la guerra como uno de los remedios naturales contra la superpoblación. La guerra era pues un fenómeno natural, una ley de la naturaleza y un proceso inevitable.

“Si se evita que la población crezca más de lo conveniente, se suprimirá con ello uno de los principales estímulos para la guerra ofensiva”. Thomas Malthus

Parecen existir dos proposiciones maltusianas respecto a la guerra. Por una parte la presión demográfica y la pobreza son causa fundamental de guerra. Por otra, las guerras solucionan el problema planteado por la presión demográfica y la pobreza por el sencillo procedimiento de matar a un inmenso número de personas, que de otra manera serían auténticos devoradores parásitos de recursos.

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