6.3. Las políticas de población en China

1949 – 1953 Purga y repoblamiento

En 1949 se produce la Revolución China en la que, tras una guerra civil, el partido comunista toma el poder bajo el mando de Mao Tse Tung. Las políticas del régimen maoísta pasan por ciclos poblacionistas y antinatalistas, según el interés del momento. Después de la guerra, donde murieron más de 70 millones de personas y tras la represión posterior en la que se exterminó toda disidencia (Movimiento de las cien flores) se inicia un periodo poblacionista de incentivos a la natalidad y un fuerte control de la educación de los niños bajo los dictados de la doctrina marxista-leninista-maoista.

“Se debe considerar positivo que China tenga una población numerosa. Incluso si la población de China debiese multiplicarse varias veces, podría encontrar soluciones a los problemas creados por su incremento; la solución reside en la producción... Revolución más producción pueden resolver el problema de alimentar a la población” Mao Tse Thung

1953 – 1972 La Revolución cultural

Con una población de 583 millones, en 1953 se implanta en China la llamada “Revolución Cultural”. Uno de los ejes principales de la planificación comunista de Mao es la adopción de las ideas maltusianas de control de la población. El Ministerio de Salud Pública desarrolla una intensa campaña de control de la natalidad rodeada de un gran esfuerzo propagandístico, aunque sin efectos visibles en la fecundidad.
Pero la llamada "Revolución Cultural", con su "Gran Salto Adelante" sume al país en el caos. Entre 1958 y 1961 el fracaso y hundimiento de la producción agrícola se traduce en unos 20 millones de muertos de hambre y la planificación familiar se vuelve un tema secundario.
Desde 1961 hasta 1972 se inicia otro periodo poblacionista en el que la población aumenta de 680 millones a 900 millones de personas. Este incremento se ve potenciado por el hecho de que la revolución maoísta fue esencialmente agraria, y no industrial como en Rusia.

1972 - 2011 La política del hijo único

En 1972 se moviliza una gran campaña nacional antinatalista dirigida por un grupo del Consejo de Estado. Se crean comités supervisores a todos los niveles administrativos y en varias empresas colectivas. En las áreas urbanas se añaden secciones de control de la población en las comisarías. En las áreas rurales se encomienda a consejeros médicos distribuir información y anticonceptivos a la población. A mediados de los setenta, además de fijarse objetivos por unidades administrativas, también se marcan límites para las familias. El máximo aconsejable son dos hijos en las ciudades, y tres o cuatro en las zonas rurales.
Finalmente en 1979 se fija como objetivo el hijo único en todo el país. El objetivo general es conseguir estabilizar la población hacia el año 2000, alcanzados los 1.200 millones de habitantes. Según las proyecciones, de no tomarse medidas drásticas, la simple inercia demográfica puede conducir a crecimientos muchos mayores, que pondrían en peligro los programas de modernización de la época. Para lograrlo se combina propaganda, presión social y sanciones,
Las parejas con un sólo hijo, si se comprometen a no tener más, reciben un certificado que les proporciona beneficios como una baja de maternidad más prolongada, mejores servicios pediátricos, preferencia en la asignación de vivienda e incluso ayudas en metálico. Pero en las áreas rurales la fecundidad es mayor, y el control se vuelve omnipresente mediante brigadas de personal sanitario femenino que presionan para que los solteros retrasen el matrimonio (de hecho en 1980 se prohíbe el matrimonio antes de los 22 y los 20 años de varones y mujeres respectivamente), los recién casados esperen antes de tener su hijo, y los que ya lo tienen se ven sometidos a exámenes y supervisión de sus prácticas anticonceptivas, con fuertes presiones hacia el aborto y la esterilización si se sobrepasa el hijo único (ha trascendido información sobre presiones conducentes incluso al infanticidio).
En 1985 el presidente de los EE.UU. Ronald Reagan retira la financiación a los programas de planificación familiar con que ayudaba a China. En 1989 el bloque comunista se descompone.

1995 La estrategia de la adopción

En 1995 se emitió en España el documental "Las habitaciones de la muerte" (producido por el británico Channel 4 y emitido en España por Documentos TV). El éxitos de audiencia condujo a repetir varias veces su emisión, y en cada ocasión las centrales telefónicas de las cadenas emisoras se vieron colapsadas por las llamadas de personas interesadas en adoptar una niña china. Diversos gobiernos autonómicos tuvieron que habilitar oficinas especiales para informar sobre solicitudes de adopción en China. En España se considera que 1995 y 1996 son los años en que "despegó" la adopción internacional. En la actualidad el 40% de las adopciones que se realizan en el mundo provienen actualmente de China y Rusia.
La población en China ha subido de 900 a 1300 millones siendo el país más habitado del planeta. Se calcula que las políticas demográficas chinas de expansión y implosión han supuesto la muerte de más de 200 millones de niños, en un auténtico genocidio sin precedentes.

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