3.1. Eugenesia y la depuración de la raza

Francis Galton (1822-1911) está considerado el padre de la eugenesia. Médico y estadista ingles, primo de Charles Darwin y victoriano por posición social y por convicción, ideo las bases de un plan de mejora de la raza. Derivó su idea principal de la crianza de caballos de carrera. Pensó que se podían criar mejores hombres como se pueden criar mejores caballos.

"... así como es fácil, a pesar de ciertas limitaciones, obtener por selección cuidadosa razas estables de perros o caballos dotados con facultades especiales para la carrera o para hacer cualquier otra cosa, así de factible debería ser producir una raza de hombres altamente dotada por medio de bodas sensatas a lo largo de varias generaciones consecutivas." Francis Galton

En 1883 Francis Galton acuña el término eugenesia ("la verdadera semilla o el nacimiento noble"), en su obra Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo (1883). Sus teorías se apoyaron en una serie de ideas previas:
- La evolución de las especies y la teoría de selección natural de Darwin.
- Las ideas de Malthus de que los recursos mundiales tenían una capacidad limitada inversamente proporcional al crecimiento de la población.
- La preocupación de las clases medias inglesas por lo que pensaban era una degeneración de la raza: el hacinamiento en las ciudades, surgimiento de enfermedades que se creía eran hereditarias o afectaban los caracteres hereditarios, como la tuberculosis, la sífilis o el alcoholismo.
Miembro de muy diversos organismos como la “Geographical Society” y casado con la hija de un hombre notable, consigue que se le considere entre los individuos activos del que entonces era el imperio inglés. Combina sus estudios estadísticos y los de medicina para elaborar tablas de la evolución de las “buenas familias inglesas” (derivadas siempre de los mejores de las mejores universidades) e intenta hacer clasificaciones de “enfermos” o “criminales”, que era lo que le preocupaba dentro de lo que consideraba clases o estirpes inferiores.
Para justificar sus teorías realizó estudios biométricos en colegios e instituciones para averiguar, por ejemplo, las diferencias entre los escolares del campo y los de la ciudad, que pensaba estaban más “degradados”.
En 1904 fundó el Laboratorio Eugenésico de Londres. Allí desarrolló el concepto de «Eugénica nacional», definida «como el estudio de los medios que están bajo control social que pueden beneficiar o perjudicar las cualidades raciales de las generaciones futuras, tanto física como mentalmente». Fue secretario de la Asociación Británica para el Progreso de las Ciencias (1863-67), y dirigió a partir de 1901 la revista Biométrika.
Pensaba que si se fomentaba el matrimonio entre los mejores de cada clase y se concedían ayudas para que los mejores tuvieran hijos, se mejoraría la sociedad, ya que una de sus principales preocupaciones era que los matrimonios de clases inferiores tenían más hijos que los de clases más elevadas.

«Este es precisamente el fin de la Eugénica. Su primer propósito es controlar el porcentaje de crecimiento de los 'Ineptos', en lugar de permitirles llegar a seres aun estando destinados a perecer prematuramente en gran número. El segundo propósito es la mejora de la raza favoreciendo la productividad de los 'Aptos' por medio de matrimonios tempranos y saludable crianza de los hijos»

Además denuncia que las organizaciones caritativas, al asumir el cuidado de los pobres y de los enfermos (calificados como degenerados, inaptos e inferiores), impiden el funcionamiento de la “selección natural”. Se exageró entonces, enormemente el impacto de la transmisión de las “taras”, el “atavismo”, para justificar dos objetivos complementarios:
- Favorecer las razas llamadas superiores, eugenismo positivo.
- Hacer desaparecer las razas llamadas inferiores, eugenismo negativo.
Esta es una visión cientifista, exclusivamente materialista, donde el hombre es sólo un engranaje de un mecanismo más grande, y la sociedad o el Estado, pretende “mejorar” la raza humana hasta generar el “superhombre”. La eugenesia nació en la época en que la ciencia triunfante revolucionaba al mundo de la técnica. En el materialismo existía una gran tentación de utilizar al hombre como un material o animal, al que se puede mejorar por medio de cruzas y una selección “científica”. La sociedad debe tratar a quienes considere víctimas de taras, “disgénicos”, inferiores, inadaptados, mal desarrollados, como a miembros gangrenados y amputarlos por razones de higiene social, sin tener en cuenta las prohibiciones de una moral “burguesa” derivada de la “superstición judeocristiana”. La relación con el médico o el biólogo se transforma entonces en una relación que involucra a tres partes: el Estado, el médico y el enfermo.

«Todos los débiles mentales son, al menos en potencia, criminales potenciales. Que cualquier mujer débil mental es una prostituta potencial es algo que nadie discutiría. El sentido moral, al igual que el sentido para los negocios, el sentido social o cualquier otro proceso de pensamiento elevado, es una función de la inteligencia».

Es realmente después de la muerte de Galton cuando se difunden con más fuerza las ideas eugenésicas, hasta los años treinta y cuarenta, dependiendo de los países, ya que después del nazismo se deja de hablar de eugenesia. Las leyes del 33 establecieron de una forma salvaje las prácticas eugenésicas. No sólo exterminando personas, sino también haciendo experimentos de crianza, seleccionando mujeres para soldados o “ejemplares masculinos” de la raza aria.

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