5.5. La creación de la industria pornográfica

En 1953 Hugh Hefner empieza a publicar la revista Playboy, en la que mostraba desnudos femeninos. El gancho de su primer número fue un desnudo que había comprado de la famosa actriz Marilyn Monroe, y que apareció en el desplegable central. En pocas semanas se vendieron más de 53.000 números, reportándole importantes ingresos. Desde entonces sus beneficios han ido aumentando exponencialmente con las aportaciones de sus clubs noctrunos, las películas, canales de televisión, etc. En la actualidad, Playboy es la revista pornográfica que más se vende en los Estados Unidos con una tirada de más de 3 millones de ejemplares al mes.
En los siguientes años fueron apareciendo más revistas, en las que se mostraban imágenes más agresivas y explícitas de actos sexuales. Así en 1965 Bob Guccione crea en el Reino Unido la revista Penthouse. Ese mismo año aparece en Suecia la revista Private, y en 1975 Larry Flynt publica la revista Hustler.
En la década de los 70 se realizan las primeras películas pornográficas que se exhiben en salas especiales, denominadas X. Dinamarca será el primer país en legalizar la pornografía dura (Hardcore), seguida de los Países Bajos. En los Estados Unidos la legalidad vino en 1973 con el caso de Miller contra California, en el que se legisló lo que era obsceno y lo que no. En 1987 se legalizó la pornografía dura como resultado del juicio entre California y Freeman.
Algunas familias mafiosas norteamericanas fueron las pioneras en la industria pornográfica. Sus miembros desarrollaron una red de distribución nacional de revistas, libros y cortometrajes pornográficos, llegando a tener el control efectivo de más de 500 salas para adultos y de más de 15.000 librerías de distribución. En 1971, Luís Peraino, perteneciente a la familia Colombo, produce la película “Garganta profunda”, consiguiendo unos ingresos de varios millones de dólares. En 1974, la Erotic Words and Pictures se expande por Europa, principalmente en Holanda e Inglaterra.
En los años 80 aparecen los grabadores de vídeo domésticos, y la industria del porno experimentó un crecimiento masivo, apareciendo las estrellas del cine porno. El negocio del video fue tan grande que la elección, por parte de la industria pornográfica, del formato VHS, decantó su uso doméstico frente al Beta de la compañía Sony Betamax, que era considerablemente mejor. En los años 90 la industria crece con la aparición del DVD y de Internet, favoreciendo este último la difusión rápida y la imposibilidad de poder regular y legislar los contenidos expuestos. Vicente Andereggen, en un informe del Instituto de Protección del Menor y la Familia publicado en 1987, explica como la industria porno comercializa la desviación sexual difundiendo el mensaje de que la promiscuidad, la homosexualidad, el sadomasoquismo, el travestismo, la pederastia, el exhibicionismo, la zoofilia y otro tipo de desviaciones sexuales y psiquiátricas, son hechos normales que pueden y deben ser tolerados.

“A través del negocio de satisfacer los bajos instintos de personas depravadas y, a la vez, minar las defensas morales y racionales de muchas otras personas, para aumentar el número de clientes desviados, los pornócratas representan hoy un valioso y temible apoyo a la “multinacional de la muerte””. Jorge Scala. IPPF. La multinacional de la muerte.

En la actualidad cada año se ruedan en los EE.UU más de 13.000 películas porno, mientras que en Europa son más de 1.500. Las productoras consiguen un 40% de beneficios por película. La pornografía mueve al año más de 60.000 millones de euros en el mundo, y más de 250 millones de personas son consumidores habituales de este producto.

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